Samarita (1870-1938)

Un cordonero del primer tercio de siglo

Entre los papeles de la biblioteca festera de mi entrañable amigo Salvador Doménech Lloréns, con quien la Fiesta alcoyana está en deuda, su viuda Concepción Quero me facilita un folio con apuntes y datos sobre Antonio Munera Navarro, Samarita, que lleva fecha 13 de Octubre de 1.963, con una nota "Datos facilitados por Dña. Emilia Payá Rodes, Vda. de D.Rafael Sanz, calle San José n.-24-3º, cuya nodriza fue la esposa de Samarita".


Ignoro el uso que pensaba hacer Salvador de estos datos, pero como formaba parte de la Comisión de la Revista de la Fiesta, con varios más y conmigo, al repasarlas por si se hubieran publicado en la Revista de la sección "Un fester", me encuentro en la de 1,964 con un artículo sobre Samarita de Joan Valls Jordá escrito en catalán o si se quiere en el coloquial valenciano que usaba para sus saínetes.


Cotejando su contenido con los datos de Sr. Doménech de 1.963 resultan idénticos, incluso en los detalles, lo que me induce a pensar que le fueron facilitados a J. Valls, quien no cita el origen de su información, y aunque pudo beber en la misma fuente, luego comprobé con la interesada que no fué así.


Escribir ahora sobre Samarita es por rememorar la figura de un cordonero, prototipo festero de una época, precisamente en año que su filá tiene la capitanía, cargo que él también ostentó.


Antonio Muñera Navarro nace en Alcoy el 27 de Marzo de 1.870 y fué bautizado el mismo dia en la parroquia de San Mauro como Monuera (así figura en el Reg. Parroquial) y no consta su nacimiento en el R. Civil que empezaba a funcionar en esas fechas. Tuvo al menos 5 hermanos nacidos entre 1,870 y 1,884, en la calle Corbella n.º 34 -1 °-(R. Civil, donde escriben Monera), y se supone que él también, que es donde vivían su padre: Pedro Monera García, nacido en Alcoy o Tibi (según cual sea el Registro) que, era hijo de Cayetano Monera, de Cotral y de Lorenza García, de Tibi; y su madre, María Navarro Benito (o Beneito), de Tibi, hija de Antonio Navarro, de Tibi, y de Francisca Beneito, de Castalla.


Samarita contrae matrimonio en la parroquia de Santa María el dia 21 de Noviembre de 1.897 -se dice tener 25 años-, con María Herrero Carbonell -se dice tener 23 años-, aunque nació el 5 de Enero de 5 de 1,871, en la calle San Antonio nº 28, de Tomás Herrero Mico de Alcoy (hijo de Joaquín Herrero Ibáñez, de Benilloba) y su madre fue Dolores Carbonell Cabrera, de Alcoy, que era pariente del pintor Fernando Cabrera Cantó.


El "tío Samarita" fallece en Alcoy el dia 23 de Febrero de 1.938, a los 70 años, de miocarditis (así consta en el R.Civil tenía en realidad poco menos de 63). en la calle Ferrer Guardia n 13 (conocida también por Santa Isabel y la Sardina), que es donde vivió la mayor parte de su vida. Su mujer fallecía el 6 de marzo de 1.953, tenía 83 años, de senectud (así consta en el R.Civil) y vivía en la calle General Sanjurjo (ahora Casablanca). El matrimonio falleció sin hijos supervivientes a pesar de haber tenido 13 según se dice -pero todos debieron fallecer al nacer 0 poco después, pues ningún nacimiento figura en el R.Civil, y en el Parroquial de bautismos sólo he encontrado dos (Rosario, 1.902 y Antonio, 1.903)


Los datos han sido constatados en los R.Civil y Parroquial, para constancia documental. Se ha seguido por tanto el origen de los apellidos, aunque escurioso observar que Samarita fié bautizado como Monuera, se casó como Monera, y se murió como Munera. Analizar esas variaciones de letras sería otra historia.


Acuciado por la curiosidad se imponía una visita a Dña. Emilia Payá Rodes, amiga de mis familiares, y no tanto por avalar las notas de Salvador - nunca dudé de ellas- que fueron confirmadas íntegramente, sino por tener noticias frescas sobre un festero ya lejano en el recuerdo.


Dña. Emilia a sus 87 años bien llevados tiene una lozanía y viveza que se agranda cuando se menciona la Fiesta -su padre, recuerda, fue uno de los fundadores de la Filá Marrakech- y que está llena de ternura cuando habla, y no acaba, de Samarita, cuya esposa María había sido su nodriza -"mare de llet"-, pues al nacer Dña. Emilia perdió a su madre, y dos años después a su padre, y aunque tuvo varios tutores -uno de ellos el Marqués de San Jorge, D. Miguel Payá- siempre conservó su afecto, que fue mutuo, con la "mamá María", que la cuidaba en sus enfermedades, con la "abuela Dolores", suegra de Samarita, y con el propio festero, cuya vida conoció durante 38 años, y sus actividades en sus juegos compartió.


Transcribo en los siguientes párrafos retazos de la conversación, entrecomillando lo que asimismo había sido recogido por Salvador.


- Samarita era más bien bajo de estatura, delgado, cara fina, aire vivo, genio fuerte. Con el tiempo estaba enfermo y herniado, pero aún así "se hizo un trajecito ajustado y ponía las banderillas en los festivales taurinos".


- Desde niño le apoderaron "Samarita", expresión sin relación con nada, usada como sinónima de mariquita" -aunque en absoluto lo era-, debido a su aspecto fino y modo de ser chistoso y dicharachero, "finolis", socarrón para hacer reír, características que fueron una constante en su carácter, que le popularizaron y le acompañaron hasta su muerte.


- "Manera de ser independiente, bohemio, farolero, no sabía leer. Buena persona." Se desvivía por los demás, siempre dispuesto para lo que fuere: ayudar, acompañar, incluso amortajar, etc..."Era poco religioso pero devoto cabal de San Jorge. Tenía en su casa encima del llar una estampa del castillo y una imagen del Patrón". Por lo demás esa ha sido una constante de muchos festeros que pasan en materia religiosa, pero a San Jorge que no se lo toquen.


- "Desde pequeño se dedicaba a hacer flautas de caña en la «plaçeta de les Eres». No tenía profesión fija, aunque era habilidoso para todo, pues por su carácter independiente no quería estar subordinado a nadie." Sabía bailar marionetas, amaestrar perros, hacer hablar a las cotorras. "Tenía una que pronunciaba su nombre y el de su mujer", que una vez voló para posarse sobre el lomo de una vaca de la que se iba vendiendo leche por la calle originando un gran alboroto.


- Cuando se casó se fue a vivir a Requena a trabajar en la Central eléctrica de Enguera, y al llegar a la vivienda prometida a su mujer, -que estaba vacía- y preguntarle por los muebles le dijo a su esposa que allí él era el único mueble. Era extremadamente celoso, lo que no le impidió tener algún "apaño" y ser sorprendido por su mujer. Las desavenencias matrimoniales eran frecuentes, y en ocasiones llegaron las cosas a mayores.


- Trabajaba en lo que quería. Llegó a tener unos telares al "drapaire". Y una tienda en un entresuelo, donde arreglaba todo lo que fuere, tipo "tío furgaes", cobrando o sin cobrar. Fabricaba pantallas para lámparas. Había sido sereno, con su manojo de llaves, cantando las horas y el tiempo en sus rondas nocturnas. Era frecuente en su familia empeñar el lunes parte de su ajuar en el Monte de Piedad, en una oficina que había entonces junto a la antigua Beneficencia, para rescatarlo a fines de semana. Llevaba la cuenta de lo que le debían y debía haciendo muescas en unas cañas que guardaba en una "coixinera". Sin embargo al morir en testamento hecho ante el notario Ribelles le dejó a su esposa cuatro pisitos en la calle San Rafael.


- Fue un personaje singular en la Fiesta, de los que marcan una época, una forma de entender, de vivir y de hacer vivir la Fiesta en la que él era uno de los prototipos, porque el "tio Samarita" la vivía plenamente, se transfiguraba en su realización. Todo lo festivo le iba. Todo en la Fiesta era sagrado para él, desde San Jorge hasta su traje cordonero. Su fuerte era la retreta y su ambiente propio la "nit dels soparets", donde sus dicharachos ingeniosos lograban formar el corro más nutrido, dispuesto siempre a partirse de risa con sus ocurrencias. Se divertía y hacía divertir, llegando a alcanzar una sonada popularidad.


- Sin embargo como cabo de Diana, o en las "entraetes", su donaire era un espectáculo inolvidable, inenarrable, la gente se arremolinaba a verlo. En la Fiesta hizo de todo, fue Alférez cordonero en 1.918 y Capitán en 1.919, luciendo un traje diseñado por el pintor Cabrera, pariente de su mujer, y en 1.929 fue conserje de la Filá después de la crisis que hubo en la misma por el "bautizo" del café-licor. La Filá era sagrada para él. - Su anecdotario festero sería interminable y en parte es muy conocido. Cuando su capitanía, tuvo "los tres días la mesa puesta en la calle la Sardina n.° 13 -donde vivía- para todos los que quisieron entrar en ella", según la costumbre de aquellos tiempos. "Se gastó en los cargos 16.000 ptas. (de 1.919) que tenía en el Monte de Piedad, engañando a su mujer diciéndole que la capitanía la pagaba D. Fernando Cabrera, hasta que su mujer preguntó un día que eran aquellos números rojos que había en la libreta, -hasta no hace mucho los reintegros se anotaban en rojo-, y allí debió acabar la paz festera familiar.


- Al morir su suegra vísperas de la Fiesta -entonces se guardaba luto muy riguroso-, subió al cementerio el día 21 de Abril y le pidió permiso para salir los tres días de Fiestas y así lo izo, convencido de que selo había dado. Pero ese año llovió y hubo que alargar- se la Fiesta un cuarto día para hacer el Alardo, por lo que no tuvo más remedio que subir temprano y nuevamente al cementerio para pedirle un día más de permiso por cuanto sólo le había dado antes para tres.


- En un "soparet" en la plaza se puso encima de una escalera junto al surtidor haciendo una semblanza de la aviación, diciendo que se iba a tirar desde lo alto de la escalera, que lo recogiera el público para no caer en el surtidor, pero los espectadores se apartaron y dió con sus huesos en el suelo siendo metido en un capazo con el que se lo llevaron maltrecho a su casa.


- En la retreta una vez llevaba ratoncillos en la faja en lugar de caramelos, dejando meter la mano a las mujeres que se los pedían, que sacaban ratones vivos. "En el paseo llevaba palomas que él mismo criaba, con las alas cortadas y adornadas con lacitos de colores que entregaba a sus familiares y a los "hijos de leche" de su esposa que eran varios".


- Una"nit de soparets", apagadas ya las luces de marchada con los cordoneros por la calle SanNicolás a "les Eres", y al llegar a la casa que hace esquina a Santa Rita, donde vivía D. Domingo Espinos, se encaramó a un balcón largo, y luego no se atrevió a bajar ni a despertar a los moradores, Pasó allí la noche a la intemperie, y al día siguiente la criada le dijo a la señora que había un moro en el balcón. Samarita dió explicaciones y salió a la calle yéndose hacía la Sardina vestido de cordonero el día del "descans".


- Su mujer le encargó una vez que fuera a comprar "penques", pero al salir a la calle topó con uno de los dueños de la "Mistera" y sus amigos, y se fue con ellos a la Fiesta de Onil, regresando tres días después, quedándose su mujer sin cardos y sin poner el arroz.


- Cuando por cualquier circunstancia no podía salir a la Fiesta ponía todos los días su traje de cordonero sobre una silla de su casa para tenerlo presente y a la vista. Quería ser enterrado con su traje de Capitán, lo que no se pudo realizar por haber fallecido en tiempos nada propicios de la guerra civil, el 23 de Febrero de 1.938, el mismo día que cayó Teruel. Su inmensa popularidad explica que se dijera que ese día se habían perdido dos cosas: Teruel y Samarita.


José Luis Mansanet Ribes

Antonio Munera Navarro

También Antonio Munera ha pasado a la historia festera alcoyana por su popularidad, campechanía, buen humor y carácter ocurrente. 


Como en el "Tenorio" zorrillesco el "Tío Samanta" -su nombre de rompe y rasga-, bajó a criptas y conventos y escaló torres y castillos.

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Un fester - Antonio Munera "Samarita"

A la galería etopeica de festeros que sobresalieran en humor, entusiasmo y caracteristicas própias, al grupo de aquellos tipos desaparecidos que ya pertenecián a la prehistoria y evocación a los cuales es siempre motivo de recuerdo llenos de gracia y tipismo, no puee faltar el inolbidable Antonio Munera "Samarita", individuo de la antigua Comparsa Cordón, quien al correr de los años pone una nota de singularidad a la fiesta grande de Alcoy, tan abundante en tipicos aspectos, sabroso anecdotario y de perfiles pintorescos.....

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Unas anécdotas del Tio Samarita

Andaba fisgoneando en la hemeroteca local -rodeado de las páginas viejas y amarillentas de la prensa-, con el fin de localizar datos sobre el tenor alcoyano Adolfo Sirvent Linares, cuando de pronto, ante mí, apareció una larga reseña titulada “Samarita”. El escrito estaba firmado por José Boronat Llácer, un veterano fester alcoyano, que escribía entusiasmado unas anécdotas entrañables sobre este personaje....

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