Café Samarita

Más que un local social con aire modernista


“En tanto que hay alguien que crea en la idea,


la idea vive.”


José Ortega y Gasset

(1883-1955)




Lo que ya se entendía en la época como una actitud, más que un movimiento, el modernismo fue una tendencia general a romper con todo lo anterior, que ocurrió a finales del siglo XIX. Fue la plasmación en la realidad y en el entorno de nuevas y renovadoras ideas, no así de los sentimientos que permanecen fieles, en lo esencial, a la corriente romántica. Influenciada por la industrialización y la politización de la sociedad, debido a los nuevos movimientos revolucionarios y utópicos que surgen en contraposición al auge de la burguesía, el modernismo provoca en todas las artes una reacción rupturista. Se trata, en definitiva, de una regeneración de la estética en todas las facetas del arte. Es la búsqueda de la belleza que surge de la inconformidad con lo previamente establecido.


Ante este contexto histórico surge nuestro local. El Café Samarita pretende empaparse de ese aire renovador del siglo XIX; al fin y al cabo es la época en la que vivió D. Antonio Munera, nuestro referente. Si su estética pretende serlo, en él se encierra el ímpetu de aportar, sino una fuerte brisa, al menos un soplo de renovación. De ahí que hayan surgido propuestas innovadoras que mostrar y compartir con el pueblo de Alcoy. 


De sus muros cuelgan retratos de los grandes artistas y personajes alcoyanos que dejaron su huella modernista en nuestra ciudad. Recelosos guardan de su legado y se regocijan al ser testigos del despertar del pueblo de Alcoy en la evocación de tan extraordinaria época.


La sede de la Asociación Cultural Samarita, que lo es también de ANEM, Asociación Nacional de Entidades Modernistas, siempre tuvo la pretensión de ser un espacio de integración y nunca de agravio o desaire y que sus paredes pudieran acoger a todo el que quisiera compartir ilusión, vivencias o quizá un simple momento con sus integrantes. Su vocación es de servicio, su aspiración la de sumar y su fuerza la amistad que en ella se vive.


Para finalizar, por qué no recordar al gran poeta de la época y uno de los principales representantes de la literatura modernista en uno de sus “paisajes culturales” que dice así: 



“Mira hacia el lado del boscaje, mira


blanquear el muslo de marfil de Diana,


y después de la Virgen, la Hetaíra


diosa, su blanca, rosa y rubia hermana



pasa en busca de Adonis; sus aromas


deleitan a las rosas y los nardos;


síguela una pareja de palomas


y hay tras ella una fuga de leopardos.



¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas


galantes busco, en donde se recuerde


al suave son de rítmicas orquestas


la tierra de la luz y el mirto verde.”




Rubén Darío

Divagación

Prosas Profanas (1896)

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